miércoles, 18 de abril de 2018

Ejemplo de contrato familiar

De todos los que estamos trabajando con alumnos con TEA es sabido esa selectividad que tienen estos niños con las comidas. Para algunos padres es un verdadero suplicio ya que se muestran reacios a determinados sabores, olores e incluso texturas de algunos alimentos.

Tengo un alumno que se niega sistemáticamente a probar cualquier alimento nuevo, sobre todo si este implica masticar (zumos, batidos y yogures los tolera perfectamente aunque sean de nuevos sabores), por lo que he pensado que junto a sus papás podríamos intentar un contrato que implique un sistema de recompensas. 

Es verdad que todavía no lo he puesto en práctica y voy a pecar de ser prudente y no forzar las cosas. Cuando los papás vuelvan a expresar esta preocupación les propondré esta idea a ver si les apece probar. 

Simplemente le vamos a pedir que de vez en cuando vaya probando nuevas comidas, sólo probar, sin forzar nada más. Si consigue probarla sin escupir ni enfadarse le premiaríamos inmediatamente con una estrellita y con 3 estrellitas se puede ir a cenar al burguer (el número de estrellitas sería variable, comenzaríamos con pocas y luego, dependiendo del resultado deberíamos ir aumentando. El premio se me ha ocurrido porque sé de buena tinta que a este niño le encanta ir a cenar al burguer y jugar con los pasatiempos que hay alli. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario