martes, 1 de mayo de 2018

Un tema para reflexionar: LA ESCUELA INCLUSIVA Y LOS ALUMNOS CON TEA

Esta semana he estado leyendo dos artículos muy interesantes acerca de la inclusión de alumnos TEA en la escuela actual: "Autismo: modelos educativos para una vida de calidad" de Tamarit (2005) y  "Una escuela para Juan" de Arbea y Tamarit (1999). De estas lecturas y de mi experiencia como maestra de PT, he extraído unas cuantas conclusiones que me gustaría compartir con mis compañeros de curso: 
En primer lugar, en estos artículos se aboga claramente por la investigación educativa, nuevos modelos, metodologías y cambios en la concepción de las necesidades educativas nos va a aportar grandes avances en la intervención con estos alumnos. El paso de un modelo clínico basado en la "curación" y en la etiología de este tipo de trastornos va decreciendo en pro de una investigación basada en un análisis e intervención sobre el contexto educativo de estos alumnos. Sin embargo, como maestros especialistas que estamos diariamente "al pie del cañón" con estos niños, opino que esta investigación es valiosa pero no tanto como el día a día con cada uno de ellos. Por que en la gran mayoría de los casos trabajamos con la premisa de ensayo error, ya que lo que nos sirve para un alumno en concreto no es eficaz para trabajar con otro alumno pese a la similitud de sus necesidades y características. 

Además de esta investigación, me gustaría resaltar el concepto de "normalización". Normalizar es regular algo que previamente no estaba. Este concepto se recogió por primera vez en le legislación danesa en el campo de la discapacidad intelectual (si no recuerdo mal) y poco a poco se ha ido extendiendo en nuestros modelos educativo-sociales. Pero realmente no se trata de normalizar a los alumnos al modelo que de "alumno normal" sino de adecuar las condiciones educativas del contexto a las necesidades del alumno con TEA. Esto implica un gran esfuerzo por parte de todos: desde las condiciones físicas del centro, la adopción de un sistema de claves visuales y comunicativas que ayuden a una mejor comprensión de  estos alumnos, hasta llegar a las adaptaciones en el aula y a proporcionar a todos los alumnos de nuestra aula claves para interaccionar con su compañero con TEA. 


En tercer lugar, es innegable que como docentes estamos totalmente ligados al currículum establecido por ley. Debemos dar X temas, hacer mil actividades, valorar estándares, trabajar rúbricas...legua, mates, ciencias, idioma...uffff. Tratemos de marcar un punto de inflexión en este aspecto. Nuestros alumnos con TEA, necesitan trabajar aspectos no reconocidos directamente en el currículum: habilidades sociales, regulación de su propia conducta, comprensión del mundo emocional. No se trata de sustituir la propuesta curricular sino de complementarlo con aspectos de la vida diaria que ayudan al alumno a madurar como ser humano. Para ello debemos aprovechar situaciones cotidianas: recreo, resolución de conflictos, tutorías, interacción familiar...además son situaciones muy enriquecedoras que también benefician a la totalidad del alumnado con o sin necesidades.

Finamente, me gustaría destacar algunos aspectos que son de vital importancia a la hora de complementar una buena respuesta inclusiva: 

- Trabajo con las familias aprovechando todo el potencial educativo y socializador de las mismas.
- La Orientación Educativa.
- La autoevaluación y reflexión de nuestras intervenciones.


Beatriz Marín G





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